conclusión
La evaluación es un elemento esencial en el proceso educativo, respaldado por teorías como el conductismo, constructivismo y cognitivismo, que guían su aplicación para medir, mejorar y personalizar el aprendizaje. Más allá de la simple medición de conocimientos, la evaluación fomenta un aprendizaje de calidad, equitativo y continuo, desarrollando la autorregulación en los estudiantes y siendo un motor para la motivación intrínseca. Su fundamentación científica asegura que los métodos y técnicas utilizados no solo midan el aprendizaje, sino que lo impulsen y lo hagan más inclusivo y significativo.